16/2/09

Los Asaditos


¿Qué pasaría si al estar comiendo un delicioso choclo con salsa de queso, de pronto escuchas un estrepitoso estornudo a tus espaldas? Bueno, realmente no pasaría mayor cosa. Eso me pasó, mientras comía en Los Asados, y solo volteé a ver quién fue…

Lo terrible sucedió luego cuando al regresar mi cabeza a su estado natural y mi boca hambrienta al choclo, en cuestión de segundos todo el placer se volcó en un tremendo asco al ver que sobre mi pantalón café reposaba un cúmulo de seres microscópicos, agrupados entre una viscosa mezcla de flema, gargajo, moco y todo lo que un griposo puede escupir. Y aquella salsa asquerosa, casi del color del chimichurri, pertenecía al ser que estornudó anteriormente, que resulta era empleado de Los Asados…

Esa noche tuve antojos incontenibles de asaditos, era la segunda vez que iba al sitio y la primera que me sentaba a comer en los asientos como todo el mundo, ya que la primera comí cual lady en el auto. Luego del estornudo, estuve segura de que ésa fue la última vez que comería ahí, y ok, a cualquiera le puede pasar, pero lamentablemente a partir del incidente mi cabeza construyó una asociación desagradable al respecto: Los Asados igual a flema.

Pese a que no volveré en algún tiempo, recomiendo el lugar, situado en Urdesa, a todos quienes gusten de los asados, realmente los hacen bien. Cuando probé las chuletitas sentí que había por fin descubierto un sitio de una de las comidas que más me gustan, los asados.

N.G.