31/7/11

Se busca: el helado perfecto

Buenos Aires: tour Modena, Un’Altra Volta, Perssico, Freddo, Nicolo…

En Diciembre (2010), que al parecer para mí es un mes de búsqueda. Esta vez estuve buscando el helado perfecto. Y como aliados tuve a mi compañera de departamento y a un amigo amante de los helados.
Todo empezó, si mi memoria heladística no falla, una noche a las 11 cuando brotó –una vez más- el antojo ya habitual de dulce. A esa hora, un día entre semana, con la mínima intención de salir, lo mejor es buscar en los imantados de la heladera, y allí estaba la solución: Modena.


En mi opinión es una heladería sencilla, sin mayor estética visual, pero con sabores de helados que convencen. Aunque no enloquecen. Yo suelo preferir el de limón y el dulce de leche, así que allí estuvieron presentes, más algo de vainilla y chocolate. Buenos para un inicio. Además los precios se encuentran dentro de la media. Sin embaego, sin Modena creo que podría sobrevivir en Buenos Aires. Volví un par de veces más, acompañada del otro ice cream fan y lo mismo, placer satisfecho pero sin mayor alucinación que la que un helado promedio puede otorgar.

Según sé, lleva 40 años en el mercado, por ende es parte ya de una tradición. Y es que en Buenos Aires, atravesada por un rica tradición italiana, abundan las preparaciones artesanales, entre esas los helados. ¡Qué fortuna!

Paraguay 5288, Palermo • Capital Federal (más sucursales en la ciudad) • www.heladeriamodena.com/



Siguiendo con la búsqueda, llegamos a Un’Altra Volta. A la vida no se le puede pedir más si en tus manos tienes aunque sea un 1Kg. de helados de esta heladería. Su oferta de helados es una fantasía, aunque los precios altos por lo general hacen que uno caiga de nuevo a la realidad y opte por un modesto ¼Kg. que seguro dejará con ganas de más. Irnos sin probar jamás. Esta vez me parece que preferí algo con chocolates, y quien me acompañaba se decidió por los dulces de leche, pero tengo honestamente algo difuso el recuerdo de la visita a UAVolta. No dejo de recomendarla, pero eso sí, asegúrese de llevar suficiente dinero porque querrá más que un cuartito.

Echeverría 2302, esquina • Capital Federal (más sucursales en la ciudad) • www.unaltravolta.com.ar/


Lejos de hallar el sabor perfecto, continuanos con una de las heladerías que más me han gustado en esta ciudad, no solo por su oferta de helados sino por su imagen, que proyecta calidez, juventud, frescura, que además se nota haber sido hecha con criterio de diseño y decoración, todo bien pensado, incluso desde los recipientes en los que sirven el producto. En Perssico me enamoré.

Y tal vez por ello sea que recuerdo mejor los sabores que probamos allí. Como era habitual ya para ese momento, mi acompañente heladísitico preguntó por el tan misterioso sabor de Lemon pie, que para mal de males ya no lo elaboran allí, y más bien nos dieron algo similar, que recuerdo era Limón con galleta. Mmmm, aceptable, pero un lemon pie ES un lemon pie, así que según veo la búsqueda deberá continuar. Dado que en cada exploración, lo fijo era un ¼ para cada uno, y dado que cada cuarto se compone de dos sabores, los tres sabores adicionales fueron: Chocolate Bacciola (crema de avellanas al chocolate), Dulce de leche casero con brwonie y Frutilla granizada. Debo confesar que aunque se trataba de una despedida (yo viajaría en pocos días) fue una experiencia de placer como pocos. Yo al helado Perssico no le pido más porque parece tenerlo todo, incluso su carta de helados es bastante amplia, contando con los sabores para celiacos y los preparados con soja. Definitivamente a esta heladería yo vuelvo. Y si su eslogan dice que son más que helados, yo le creo.

Salguero y Cabello, esquina (Palermo) • Capital Federal • www.persicco.com/



A propósito debo decir que en realidad la búsqueda inició cuando llegué a Buenos Aires el año pasado en abril (2010), pues viví a pocos pasos de un Freddo pequeño pero encantador (frente al cementerio de Recoleta) y me propuse probar cada vez un chocolate diferente. Empecé con el Chocolate suizo y lo que mejor puedo decir al respecto es: Uhhhmmmmmmm… (con ojos cerrados). Y sistemáticamente fueron desfilando el Ch. Italiano, Freddo, Blanco, con Almendras, Mousse de Chocolate, Clásico. Luego vinieron los Dulces de Leche: con Almendras, Brownie, Tentación… Pero además, ¿quién no ha probado el Banana Split o Frutos de Bosque? Freddo es una marca que también me gusta en su aspecto visual, considero que está bien pensada y cuida mucho los detalles de imagen, además de que hace perfecta dupla con la cafetería Aroma, que pertenece a la misma empresa, y que por cierto no está nada mal. Los precios son razonables, bastante.

Junín y Guido, esquina (o Junín y Pte. Quintana, Recoleta • Capital Federal (más sucursales en la ciudad) • www.freddo.com/



Por último mencionaré unos helados desconocidos, o al menos conocidos solo para quienes vivimos cerca: Nicolo. Son para bolsillos con tendencia más bien modesta, pero eso no significa que su calidad no sea buena. Es más, para iniciarse en el tema de los helados no viene mal. Pero para tener una mejor idea de los precios: lo que pago aprox. por un ¼ en cualquiera de las anteriores, en Nicolo me sirve para llevarme 1Kg. enterito y bien despachado. ¿Qué tal? Pues, digamos que su oferta de sabores no es tan extensa como las otras, sin embargo se deja, y como dije ya, vale para empezar.

Estados Unidos y Virrey Cevallos, esquina • Capital Federal

Yo, como toda una hambrienta lúcida, sigo buscando el helado perfecto. A este punto, creo que podría titularme de Licenciada en Helados, sin embargo apelo al Doctorado. Además, doy crédito a este ejercicio la inserción en mi vocabulario del término “bocha”, que hasta no probar una bochita de helados no sabía qué significa.

Buenos Aires cuenta con heladerías para volverse loco, o al menos experto en helados. Seguiré en la búsqueda, que el tour no acabe.

[Imágenes: tomadas de los sitios web de las heladerías]

N.G.

27/7/11

Status: un Suspiro sin suspiro



Color: amarillo poco prometedor
Merengue: sin gratinar ni canela espolvoreada.
Textura: aceptable, pero con sospecha de ser flan.
Sabor: muy parecido al flan.

Eran exactamente las 18h00 y había llegado a Status, restaurante de comida peruana estilo familiar, con ansias literalmente de satisfacer de una vez por todas mi antojo añejo de Suspiro a la limeña (o Suspiro limeño, simplemente), macerado desde hace 2 meses. Debo decir que desafortunadamente no ocurrió así.

Aquel Suspiro no hizo que yo tan siquiera tuviera el impulso de suspirar. No en lo absoluto. No satisfizo mis expectativas y realmente está a una gran distancia de hacerlo.

Y no es que haya estado malo, de hecho me gustó, sin embargo no pudo llegar a la altura de mis circunstancias y, en honor a la verdad, este delicioso y tradicional postre originario de Lima es otra cosa, por algo su nombre.

Según mi amiga Wiki: Los orígenes del postre se dan a mediados del siglo XIX en la ciudad de Lima, Perú, sin embargo tiene una clara influencia islámica El primer dato que se tiene respecto a su elaboración se encuentra reseñado en el Nuevo Diccionario Americano de Cocina del año 1868 bajo el nombre de Manjar Real del Perú. La historia de su elaboración se inicia con la esposa del poeta José Gálvez Barrenechea. llamada Amparo Ayarez, quien ideó la receta. El poeta bautiza el postre porque es suave y dulce como el suspiro de una mujer, así se conoce como suspiro de limeña

Un detalle que sí me enganchó fue ese aspecto nacarado que tenía el merengue, no sé cómo lo lograron, aunque temo que haya sido una triste alucinación, producto de la mezcla de la luz tenue del sitio y mi ambicioso sentido del gusto.

Por otro lado, Status es un restaurante bastante acogedor, en su decoración predomina la madera oscura, mantelería de tela beige, una barra pequeña e iluminada y además precios muy razonables (Suspiro $16,00 pesos ar). Lo recomiendo porque solo probé el Suspiro, no obstante en la mesa contigua una pareja disfrutaba enormes y generosos platos de sopa de mariscos y arroz con mariscos. ¡Buen provecho!

Status • Virrey Cevallos 178 • Capital Federal (Argentina)

N.G.

Mochica: cultura y sabor de Perú



Primero: Ceviche. Era exactamente la segunda ocasión que tenía no entre manos sino entre dientes un delicioso ceviche peruano. Y fue tan placentero como la primera vez. Este ceviche es una suerte de venganza. Se cocina lentamente. El limón sabe muy bien hacer su trabajo.

Tal vez, para ser peruano –a diferencia del ecuatoriano- tuvo mucho líquido. Aunque probablemente sea yo quien se prendó de aquél que probé hace varios años en Sr. Limón, ubicado en la ciudad de Lima. El pescado en su máxima expresión. Eso es para mí el ceviche peruano, más que el sushi u otro plato que implique pescado “crudo”.

Siguiente: Causa Limeña. Y si toda causa conlleva un efecto, ésta no fue la excepción. En primer orden, un efecto nostálgico, con puro aroma de hogar, pues la primera vez que probé este plato fue en casa de mis padres, gracias a la visita de un buen amigo limeño.

Mochica se autodefine como un restaurante turístico de alta cocina peruana. Sin embargo, para una Causa yo confiezo que prefiero una porción un poco más grande, aunque la porción de esa noche fue idónea como para evitar empaches y más bien quedar con una suerte de antojo no resuelto que me haga volver para intentarlo de nuevo.

Finalmente llegó a nuestra mesa (por cierto conformada por ambos cónsules de Perú, el propietario del restaurante, y varios amigos, de Argentina, Perú y Ecuador) un gran plato con: Arroz con mariscos, Ostras gratinadas y Ensalada de palta. No se puede pedir más para ser una noche de lunes. ¿O sí? Sí: una copa de vino tinto, que tampoco faltó y acompaño amenamente la conversación y la comida.

Yo, que de comida hablo porque he aprendido a disfrutarla, puede decir que en Mochica no solo se come: Se viaja a Perú. A través de sus sabores y aromas, de las paredes que evocan la cultura Mochica, de las fotografías que retratan Machu Picchu, y claro, de sus mismos propietarios y colaboradores, originarios de Trujillo y otras zonas del país, este restaurante nos lleva a conocer un poquito de un gran amigo llamado Perú.

Altamente recomendado en cuanto a comida. En cuanto a precios, no es un lugar para bolsillos desempleados o tacaños.

Mochica • Agüero 520 • Capital Federal (Argentina) • www.restaurantmochica.com.ar/

N.G.

Pani: para antojos muy dulces


[Imagen: http://www.pani.com.ar/]

Hay épocas en que los antojos de dulce superan la ficción. Cada día pensar en dulce de leche o chocolate o cakes o helado, o quién sabe qué otra cosa… ¿Es acaso normal? Sobretodo si se trata de la transición Primavera-Verano, cuando más bien hace calor y los sabores más idóneos deberían ser los cítricos. En fin. Así funciona mi propio sistema de antojos. Yo obedezco.

Caminando por Palermo, con la certeza de que hallaría un lugar que sabría satisfacer mi antojo de Diciembre (2010), llegué a una cafetería que apenas llevaba un mes de inaugurada.

Pani: con su estilo predominantemente folk, me enamoró a primera vista. Pani sabe ser un buen amante para mí. Lo resolvió todo con detalles que me sorprendieron. Recorrí todo el lugar porque no quise perderme de nada: cojines como tejidos por la abuela, paredes empapeladas a mano con diarios, mesas de mármol y sillas de acero envejecido, rosas y colores dulces por todas partes, incluso el piso invitaba a pisarlo con cariño. Pero llegó el momento real de poner a prueba tanto amor.

Abrí la carta, elaborada con la misma dedicación que el resto, y opté por unos sencillos scones con dulce de leche y waffles con jalea de chocolate. Lo advertí, mi antojo era de algo verderamente dulce. La comensal que me acompañaba dijo: “esto requiere un vaso de leche tibia…” y bastó eso para que nos llegara a la mesa una jarra entera de leche. ¡La delicia!

Pani no es precisamente una de las cafeterías más económicas de Buenos Aires, pero estoy segura que sí una de las mejores. Enamora en todo sentido, inclusive porque nos invita a ver el proceso de preparación de los platos a través de ua ventana ubicada en el pasillo, mostrándonos también su cocina pulcra, no tan grande y agitada. Por si eso no bastara, el vidrio de la ventana es una especie de pizarra donde cada quien puede escribir con los marcadores que están ahí mismo, y así dejar su huella personal, que sin duda contribuirá al cálido ambiente de Pani.

Diciembre ya pasó, pero sé que a Pani volveré.

Pani • Nicaragua 6044 • Capital Federal (Argentina) • www.pani.com.ar/

N.G.