10/5/12
9/5/12
Para comer acompañado
[Fuente: website del Comer en compañía]
Comer en
compañía, en buena compañía, es una de las cosas que más disfruto. Lo aprendí
así en la mesa familiar desde la infancia, y ahora procuro practicarlo, aunque
no siempre en casa.
Pese a que
antes la comida no era un elemento clave en mi vida (porque literalmente no me
gustaba comer y por ende no lo disfrutaba), hoy en día el momento de la comida
es para mí un ritual que llevo a cabo con entera consciencia de lo que mastico,
de lo que mi boca está sintiendo, de lo que mis dedos están sosteniendo o de lo que
el tenedor está pinchando. Me falta más práctica eso sí. Porque creo que parte
de esa consciencia es saber decidir el instante en que ya no requieres más
comida, para evitar llenuras o empaches y por ende malos recuerdos de lo que en
inicio te brindó placer y te alimentó.
Debo
reconocer que suelo pasarme de la raya y ejercer la golosería, sobretodo si de
dulces o pan se trata. Poco a poco supongo lo iré mesurando.
Ahora de lo
que quiero hablar es de un sitio, que según escuché decir a la persona que nos
atendió, lleva un par de años funcionando.
Comer en
compañía
Lo bueno de
los restaurantes, y en general de los sitios de comida en Buenos Aires, es que
en la vitrina exterior siempre está el menú con los precios. Así es más fácil
decidir si comer o no allí.
Caminábamos
casi a las 11am ya con bastante hambre auque algo inseguros de que por esa zona
halláramos un sitio de precios acordes al presupuesto de ese día. Ya
acercándonos a Paseo Colón, nos llamó la atención “lo lindo” del sitio, que con
una decoración hogareña, color verde y cuadritos, cuadros de flores y comida
que a primera vista se veía fresquita, invitaba a pasar. Los precios eran
accequibles, así que entramos.
[Fuente: website del Comer en compañía]
El lugar
nos encantó. El trato por demás amable, y con mucha paciencia, que incluso se
tomó la molestia de mostrarme el tamaño de las tacitas, jarros y vasos en los
que podía pedir el cortado uruguayo. Lo malo fue que al inicio pedimos yogurt
con frutas y muesli con muchas ganas pero lo único que tenían eran botellitas
de Ser. Sin embargo, no fue razón suficiente para irnos, por lo que nos
decidimos por los cortados, una integral de muzzarella y zapallo, empanada de
cuatro quesos y empanada de atún. Junto con los cortaditos vinieron además
6 tostaditas semidulces y 2 minicuadritos de pastaflora. La cuenta: $48 pesos
argentinos, es decir $44 + $2 de servicio a la mesa por cada uno (porque en realidad es más un sitio donde
la gente pide para llevar, por eso hay 6 mesas pequeñas que además te agradecen
compartir si fuera necesario).
[Fuente: website del Comer en compañía]
El tamaño
de las empanadas estuvo perfecto y el sabor ni qué decir. Riquísimo todo. Y lo
más importante, realmente hecho en el día, lo cual se siente al primer
mordisco, difícil engañar.
La onda
como ya dije es muy de hogar, campestre, folk, y eso. En cada mesa tienes una
tijerita para los sobres de azúcar aunque eso es más decoración. La vajilla
impecable, el sitio muy limpio, el mostrador de comida también. Además
aficionados a las vacas, que son parte de la decoración, las hay de colores,
flacas, gordas, realistas, en pinturas, etc. Contamos 21 en total.
En fin,
Comer en compañía: altamente recomendado.
Comer en compañía • San Martín 951 • Capital Federal (Argentina) • http://www.comerencompania.com.ar/index.html
N.G.
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