27/1/12

Hambre lúcida en Chile

Hace poco estuve un mes en Santiago. Entre esos días el hambriento lúcido y yo nos pegamos escapadas también a la playa. Y entre tanta caminata, música y buen carrete, la lucidez nos llevó a probar algunas cositas más bien típicas.

Empanada
El primer día fui recibida con una grandiosa empanada. La verídica, la chilena, al horno y con cada ingrediente en su sitio, caliente y bien grande como para estar segura de que la decisión de viajar 24 horas de Argentina a Chile había valido la pena.

Y aunque hay variedad de empanadas en Chile, esta suele ser la más popular: masa de harina de trigo, y un relleno de carne molida sofrita con cebolla, condimentada con ají y comino y acompañada de una aceituna negra, un cuartito de huevo dura y una pasa de uva. Así que si está en Santiago, por favor se lo pido, no se niegue a este placer gastronómico.

Mote con huesillo
Esto era algo que desde hace mucho tiempo esperaba: el gran mote con huesillo en el mismísimo Santiago. Mis madre, eterna enamorada de Chile, logró hacer que lo probara en casa, sin embargo, nada mejor que tomarse un vasito de esta bebida refrescante comprado directamente en un carrito ambulante, bajo el sol de Santiago y con un hermoso santiaguino a mi lado. Eso no tiene precio.

¿Y qué es esto? Consiste en una mezcla de jugo acaramelado, con mote de trigo y duraznos deshidratados (en general sin cuesco), a los que les llaman huesillos.

La Vega
Es el gran mercado de abastos de la ciudad de Santiago, ubicado en un sector central de la ciudad, muy cerca de la estación Mapocho. Usted nada más pregunte en algún puestito de sopaipilla: ¿Para llegar a la vega, por dónde tengo que ir? Y seguro una buena chilena se lo dirá con detalle y llegará sin perderse.

Yo quedé encantada con las maravillas que ofrece La Vega. Frutas, vegetales, mariscos, almuerzos económicos, dulces, conservas, y más, a precios no-turísticos. Ahí fue donde almorzamos con gran lucidez y hambre un menú bien hogareño: puré de papas, pescado frito, ensalada fresca y un caldo calientito de hierbitas. No recuerdo el precio exacto pero aseguro que todo a menos de 5000 pesos chilenos.

De paso como postre compramos un gran kilo de cerezas a 1200 pesos.
Por ahora dejo hasta acá el recorrido por Chile, pero se vendrá una segunda parte.


N.G.